El "TEG" ocupó muchas de las horas de su infancia y de su juventud. Con el tiempo se fue copando con otros, entre ellos, "Los colonos de Catán", al que ubica en el top 10 mundial. La diferencia entre Sebastián Caro y el resto de los que alguna vez pasaron tardes de invierno o de fin de semana, anocheceres en familia y madrugadas con amigos alrededor de algún tablero es que él no se conformó con entretenerse con ellos, sino que siempre soñó con crear los propios. Y lo logró: ya inventó tres juegos de mesa.

"Zug", "Panzer Saint-Lo 1944" y "Animaladas" son los tres títulos que hasta ahora salieron de la cabeza de este ingeniero mecánico. Y asegura que tiene otros en desarrollo. ¿Pero qué empuja a una persona a inventar un juego de mesa? Sebastián se define a sí mismo como un apasionado por estos entretenimientos. Desde chico le interesó algo más que simplemente jugarlos.

A los 10 años comenzó a crear sus propios pasatiempos con papel y cartulina. A los 25, esta inclinación se fortaleció y empezó a darle forma a lo que actualmente es "Panzer". Y en 2009 llegó su primer lanzamiento, "Zug", un juego con esencia tucumana: si bien trata sobre trenes, está inspirado en la industria azucarera. Y se diferencia del resto de los entretenimientos argentinos en que los participantes van armando el tablero con losetas a medida que el juego avanza (por eso, el tablero jamás es igual).

Para inventar un entretenimiento de mesa hace falta creatividad, de eso no hay dudas. Pero existen herramientas a las que es posible echar mano. "Todos siguen mecánicas que ya están preestablecidas. Una de ellas es la de tirar el dado y avanzar casilleros; otra, dar vuelta una carta y realizar una acción. Hay muchas más. El diseñador toma una o varias, las combina y crea un juego único", detalla.

Génesis compleja

Casi al mismo tiempo que desarrollaba "Zug", Sebastián creó la empresa Spielen (juego, en alemán; él afirma que Alemania es la meca de los juegos de mesa), que edita y comercializa los entretenimientos que salen de su cabeza. Es que la génesis de cada uno es compleja. En primer lugar está la creación del juego. Luego vienen el desarrollo y las pruebas (lo juegan distintos grupos de personas que le hacen observaciones al diseñador). En tercer lugar aparece la etapa de diseño (se desarrollan las ilustraciones y se eligen los materiales). Por último, se lo produce y se lo comercializa. "Para que los juegos funcionen todo debe fluir con facilidad; la gente se tiene que enganchar. Cuantas más reglas posee, más complicado se vuelve", define.

Sebastián admite que los videojuegos le han ido quitando protagonismo a los de mesa. Pero no cree que corran el peligro de desaparecer. "Se han ido adaptando y hoy son más cortos que en el pasado. Además, los jugadores deben aplicar muchas más estrategias -subraya-; ya no todo depende de la suerte de tirar los dados".